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¿Le duele? ¿Dónde?
Señale el lugar donde le duele y le indicaremos cuáles son los posibles diagnósticos, cómo tratarlo, cómo fortalecer la zona y una serie de consejos para aliviarlo. Así, volverá a los entrenamientos como nuevo.
Distensión de Isquiotibiales
Entienda qué es la distensión de isquiotibiales. Sobrecarga, debilidad muscular y movimientos bruscos pueden causar lesiones en sus piernas. Cuídese y evite parar.
Distensión de isquiotibiales: las causas
- Contracción rápida y explosiva del muslo;
- Sobrecarga de actividad o fatiga muscular;
- Fuerte impulso o desprendimiento del pie;
- Desaceleración brusca en la corrida;
- Postura incorrecta al correr;
Síntomas
- Fuerte dolor, inmediata y de constante intensidad;
- Audición de estallidos en la región del músculo;
- Ardor inmediato a la lesión;
- Hinchazón (edema) y manchas moradas (hematomas, en los casos más graves);
- Dolor al caminar, extender o flexionar la rodilla después de la lesión;
Tratamiento en los isquiotibiales
- Crioterapia (hielo) para disminuir el dolor, la inflamación y el sangramiento interno;
- Medicación analgésica en los casos en los que el dolor es fuerte;
- Tratamiento fisioterápico para la regresión del proceso inflamatorio;
- Fortalecimiento y elongación de los grupos musculares después de la medicación;
Prevención
- Calentar y elongar las piernas, antes y después de la actividad;
- Fortalecer y elongar principalmente los músculos isquiotibiales; también los aductores, abductores; principalmente os músculos isquiotibiais, e também os adutores, abdutores, rotadores y el cuadríceps;
- Trabajar la musculatura con ejercicios de flexión de rodilla (leg curl), resistencia con elástico, elevación de talón y agachamientos;
- Reforzar los cuidados con elongaciones para aumentar la elasticidad de los músculos en el caso de los tiros;
Regreso a los entrenamientos
- Concluir programas de rehabilitación con hidroterapia, termoterapia, crioterapia, entre otros;
- Correr a alta velocidad, en línea recta, sin sentir dolor o renguear;
- Realizar curvas cada vez más bruscas a alta velocidad;
- Certificar el equilibrio de fuerzas en la musculatura de los miembros inferiores;
Las fibras y los tendones de la musculatura posterior del muslo sufren la distensión”
¿Reconoce aquel susto en que un atleta, corredor o -más frecuentemente- un futbolista, interrumpe su carrera y lleva la mano al muslo? La llamada distensión posterior es la primera sospechosa en el diagnóstico.
Causada por la sobrecarga de actividad sin reposo adecuado o por falta de fortalecimiento y elongación muscular, el estiramiento o la distensión es común y puede atacar a cualquier grupo muscular.
Una zona de peligro
Situación que, no obstante, es mucho más frecuente en la región posterior del muslo (músculo isquiotibiales: bíceps femoral, semitendinoso o semimembranoso), cuya función es flexionar la rodilla y estender la cadera.
En el caso de la distensión, el dolor es la primera señal -más fuerte dependiendo del grado de la lesión. El corredor precisa interrumpir de inmediato la actividad de reposar.
No debe intentar elongar o masajear la región, bajo riesgo de agravar la lesión.
Clínicamente, pueden ocurrir edemas (hinchazón) y también hematomas (manchas moradas), en el caso de lesión extensa.
Diagnóstico rápido para curar
Un diagnóstico rápido favorece a la recuperación, lo que en los casos más graves (grado III) varía de tres a 12 semanas, cayendo para 21 días (grado II), o hasta sin interrumpir las actividades -desde que se encuentre bajo tratamiento médico.
En todos los casos de distensión, ejercicios pliométricos (ciclos de elongación, con aceleraciones y desaceleraciones) y actividades funcionales realizadas sin dolor sirven de parámetro para el alta.
No precipite su retorno, pues puede haber recurrencia de la distensión
Cómo se produce la distensión de isquotibiales
Al correr, los posteriores del muslo son contraídos fuerte y repetidamente. Si son exigidos o elongados por demás, pueden estirarse parcial o totalmente, causando la distensión.
Eso ocurre porque los músculos posteriores del muslo son más débiles que su oponente directo, el cuádriceps. Por eso, los posteriores deben poseer al menos 60% de la fuerza contraria con la cual interaccionan.