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¿Le duele? ¿Dónde?
Señale el lugar donde le duele y le indicaremos cuáles son los posibles diagnósticos, cómo tratarlo, cómo fortalecer la zona y una serie de consejos para aliviarlo. Así, volverá a los entrenamientos como nuevo.
Lesión en los Meniscos
¿Atrapado sin salida? Son muchos los corredores que sufren dolores y molestias en los meniscos, esta especie de “amortiguadores” del cuerpo humano.
Causas de la lesión en meniscos
• Exceso de peso y repetición de movimientos
• Torceduras, caídas o golpes
• Inestabilidad motora, artrosis o fracturas
Síntomas
• Dolor, hinchazón y derrame de líquido articular
• Dolor cuando se palpa la rodilla
• Endurecimiento en la zona y limitaciones para doblar y extender la pierna
• Bloqueo total de la articulación
Tratamiento
• Tomar anti-inflamatorios y analgésicos recetados por un médico
• Hacer reposo y disminuir la actividad física
• Acostarse y elevar la rodilla
• Compresión
• Cirugía, si el médico lo considera necesario
• Rehabilitación con fisioterapia
Prevención
• Si hay dolor en la zona consultar a un especialista inmediatamente
• Trabajar la fuerza muscular del tren inferior
• Usar las zapatillas correctas para correr
La vuelta a los entrenamientos
• Esperá el alta médica
• Arrancá con la actividad si no tenés dolor ni hinchazón
• Recuperá la movilidad y la fuerza con trabajos de musculación
Pequeños discos de fibrocartílago que actúan como amortiguadores entre el fémur y la tibia sufren trastornos que alteran el movimiento, generan dolor y bloqueo de la rodilla”
En cada rodilla existen dos meniscos, el medial (ubicado en el lado interno de la rodilla) y el lateral (situado en el lado externo).
Son pequeños cartílagos que funcionan como amortiguadores entre los huesos del muslo y los gemelos. Sufrir una lesión en esta zona puede afectar esta protección y exponer a que se desgaste el cartílago, facilitando el proceso de la osteoartritis en esta articulación.
Las lesiones en las rodillas están relacionadas con actividades bruscas, esguinces o algún movimiento no habitual para la rodilla. Por eso, son tan frecuentes en jugadores de fútbol.
El running, a diferencia del fútbol u otros deportes, no requiere de movimientos exacerbados. Sin embargo, los corredores no están exentos de sufrir esta lesión.
Pero…¿Por qué? Si bien los meniscos tienen la capacidad de comprimirse, deformarse y volver a su forma original pueden sufrir lesiones por sobrepeso, sobreentrenamiento, caídas, mal apoyo, desgaste y falta de fortalecimiento.
Anti sedentarismo
El sedentarismo es otro factor que puede jugarle en contra a tus rodillas. Si no realizás actividad física disminuís las probabilidades de sufrir esguinces y lesiones por sobreentrenamiento pero al no realizar ejercicio tus rodillas se debilitan y pierden fuerza.
De los dos meniscos, el interno o medial (que tiene forma de C), es el más propenso a sufrir lesiones. Aunque, la buena noticia es que estas lesiones propias de la rodilla pueden ser detectadas y tratadas con un diagnóstico preciso y cirugías poco invasivas (artroscopía).
El 90% de los corredores que sufren esta lesión pueden curarse y retomar la actividad física.
Diagnóstico
El síntoma inmediato de esta lesión es un dolor intenso, seguido de hinchazón localizada y pérdida o bloqueo del movimiento.
La sensación es como si la rodilla estuviera fuera de su lugar. El diagnóstico incluye palpación, radiografía y resonancia magnética.
Para mejorar, o incluso revertir, el cuadro clínico el paciente debe disminuir considerablemente la actividad física. El tratamiento puede ser un plan de sesiones de fisioterapia o una cirugía.
Esto dependerá del grado de la lesión, el tamaño y la localización de la ruptura.
Si los problemas del paciente son mecánicos, es decir, si se ve limitando en sus movimientos la mejor opción es la cirugía.
La intervención es necesaria para remover la región lesionada y los restos que pueden estar sueltos limitando aún más el movimiento.