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¿Le duele? ¿Dónde?
Señale el lugar donde le duele y le indicaremos cuáles son los posibles diagnósticos, cómo tratarlo, cómo fortalecer la zona y una serie de consejos para aliviarlo. Así, volverá a los entrenamientos como nuevo.
Rodilla de Corredor
Sobrecarga en la articulación y falta de fortalecimiento muscular causan el síndrome patelofemoral.
Causa
- Alteraciones anatómicas en la troclea femoral
- debilidad y/o desequilibrio del quadriceps
- Desequilibrio de la postura corporal
- Correr siempre en superficie dura
- Calidad del calzado
- Volumen e intensidad de los entrenamientos
Síntomas
- Dolor en la parte frontal de la rodilla
- Dolor al estirar la pierna después de un período sentado
- Ruido en la rodilla, sensación de que la rótula se está desencajando
- Hinchazón en la parte frontal de la rodilla
- Dolor para subir o bajar las escaleras
- Como en cualquier lesión, el proceso inflamatorio precisa una secuencia, explica Luis Fernando Machado. Primero, el atleta siente dolor sólo al practicar el ejercicio. Finalmente, pasa a sentir dolor hasta en reposo.
Tratamiento
- Interrumpir los entrenamientos
- Hacer bolsas de hielo para disminuir el proceso inflamatorio
- Tomar anti-inflamatorios — sólo en reposo
- trabajar el reequilibrio muscular, con el fin de fortalecer la musculatura del muslo y disminuir el impacto en la rodilla
- Hacer fisioterapia con aparatos específicos para tratamiento de la inflamación
- Cirugía, pero sólo en última instancia, dependiendo de la gravedad.
Prevención
- Reforzar los músculos de la región del muslo, con elongación complementara, pugnando por disminuir la sobrecarga de la rodilla
- Usar calzado adecuado para el tipo de pisada o de suelo
- Evitar entrenamientos en subidas o bajadas.
Regreso a los entrenamientos
- El tiempo de recuperación depende del grado en el cual la lesión comenzó a ser tratado. Lo ideal es buscar un médico ante las primeras señales de dolor.
- Dependiendo del grado, la lesión del cartílago no regresa. Eso significa que, al entrenar para una prueba o intensificar el entrenamiento con subidas o bajadas, el atleta volverá a sentir dolor. Por eso, es fundamental realizar un trabajo de fortalecimiento muscular.
La rótula comienza a rozar con el fémur, provocando la inflamación, seguida de muchos dolores”
Si al iniciar aquella cuesta matadora siente que su rodilla reclama; o al levantarse de la silla del escritorio, después de un día extenuante de trabajo, escuchar un ruidito extraño que viene desde la rodilla, como si ésta se desencajase de la pierna, es bien probable que estés sufriendo del denominado síndrome del dolor patelofemoral, mejor conocido como “rodilla de corredor”. Es una lesión -o asociación de varias lesiones- que resulta en un mismo cuadro: degeneración del cartílago articular de la superficie posterior de la rótula, seguido de molestia y dolor.
El problema de la rodilla de corredor ataca a mujeres y hombres, y sucede tras una fricción normal de la rótula con el surco patelar del fémur. Traduciendo: la rótula comienza a rozar el fémur cuando este cartílago que da movimiento a las rodillas, provocando inflamación, seguida de múltiples dolores. Entre las mujeres, las rodillas “hacia adentro” y caderas más largas provocan un desequilibrio en la rótula, que tiende a desplazarse hacia afuera. Entre los corredores, la sobrecarga en el entrenamiento (principalmente en subidas y bajadas) da como resultado una mayor fricción y, consecuentemente, un mayor desgaste del cartílago, lo que puede generar la “rodilla del corredor”. Si no hay un trabajo de fortalecimiento muscular adecuado, elongación y equilibrio de postura, las chances de sentir dolor en las rodillas son grandes. “Cuando trabajas los músculos del muslo como se debe hacer, la sobrecarga al correr se dirige hacia allí y no hacia la rodilla. De esta forma, el impacto en el cartílago, en el tendón y en la articulación disminuye”, explica el ortopedista Luis Fernando Machado, del Complejo Hospitalario Edmundo Vasconcelos.
Tratar la rodilla de corredor aún hoy es un desafío por la falta de bases científicas en las técnicas de rehabilitación. “Los disturbios en el alineamiento estático y dinámico de los miembros inferiores, como la pronación excesiva, han sido asociadas como factores de riesgo para la disfunción”, explicó la fisioterapeuta Sandra Aliberti, que realizó una tésis de maestría sobre este tema. Es fundamental el uso de calzado con buena estabilidad, para no agravar la tendencia de pisar hacia afuera o hacia adentro, además de evitar los desniveles de las calles.