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¿Por qué duele?

¿Le duele? ¿Dónde?
Señale el lugar donde le duele y le indicaremos cuáles son los posibles diagnósticos, cómo tratarlo, cómo fortalecer la zona y una serie de consejos para aliviarlo. Así, volverá a los entrenamientos como nuevo.

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Síndrome Piriforme

19 de agosto de 2016 por Activo ¿Por qué duele?

Bajo excesiva tensión, el músculo piriforme ataca al nervio ciático y quita de circulación a los corredores.

Causa

  • Traumatismo en la región de las nalgas.
  • Variaciones anatómicas y alteraciones biomecánicas — como rotación externa de la pierna inadecuada y mala postura — que acortan el piriforme y sobrecargan el músculo.
  • Hipertrofia de los glúteos.
  • Entrenamientos frecuentes en subidas, bajadas y terrenos irregulares

Síntomas

  • Dolor profundo y continuo, localizado en la región lumbar y en el glúteo, en la superficie posterior de la cadera o irradiada por el nervio ciático a lo largo del cuerpo.
  • Hormigueos en los muslos o dolor irradiado por los miembros inferiores.
  • Incapacidad de mantenerse sentado en la misma dirección.
  • Dolor nocturno.

 

Tratamiento

  • Corregir la postura y los gestos del corredor, que favoren a la tensión del músculo piriforme. En caso de que el dolor no pare, recurra a la fisioterapia, con ejercicios de elongación de toda la región de la cintura pélvica y reequilibrio muscular por medio de ejercicios del core (núcleo).
  • Infiltrar el músculo piriforme (con anestesia y medicamentos), guiado por ultrasonido o tomografía.
  • Reposar. La regeneración del nervio ciático es lenta (de cuatro a seis meses), principalmente entre los corredores que pretenden continuar entrenando aún con dolor. “La terapia de señales pulsátiles puede ayudar, pero es cara”, explica el dr. Lafayette Lage.
  • La opción de la cirugía es poco recomendada. En general, el tratamiento conservador cura la lesión.

Prevención

  • Trabajar especialmente los músculos profundos del abdomen y el equilibrio de los aductores, abductores y rotadores de cadera.
  • Evite pasar mucho tiempo sentado.

Retorno a las entrenamientos

  • No vuelva a los entrenamientos antes del cese del dolor de la región lumbar y los glúteos.
  • Sólo regrese si es que consigue correr en línea recta y en curva sin sentir dolor.
  • Evite las corridas en laderas, subidas y terrenos irregulares cuando vuelva de los entrenamientos.

Tensado en exceso, el piriforme crece, irritando e inflamando el nervio ciático”

Fundamental en la mecánica de las zancadas, el músculo piriforme se localiza justo en medio de la nalga -bajo el músculo glúteo máximo. Cuando elevamos los pies del suelo al cambiar el paso, él ayuda a estabilizar la pelvis, además de auxiliar en la abducción y rotación externa de la cadera. Por debajo o por dentro de ese músculo pasa el nervio más largo del cuerpo humano, el ciático, que se extiende desde la región lumbar al dedo gordo del pie. Estimulado (o tensionado) en exceso, el piriforme crece, irritando e inflamando el nervio ciático. Así, se desencadena el denominado síndrome de piriforme, o dolor de glúteo, que ataca principalmente a las mujeres.

“Constantemente, tenemos que rotar el pie hacia afuera para equilibrarnos, frenar, etc. Eso hace que el músculo piriforme se contraiga. Al mismo tiempo, comprime el nervio ciático, aumentando el riesgo de lesionarlo, lo que genera el síndrome del piriforme”, describe el ortopedista Lafayette Lage.

El dolor causado por el síndrome del piriforme se concentra en la región lumbar se concentra en la región lumbar y en el glúteo, pero puede irradiar hacia la pierna, el muslo y la región espinal. Por eso, esta lesión es de difícil diagnóstico.

La chance de sufrir un síndrome del piriforme puede aumentar con entrenamientos frecuentes en largos declives, subidas y terrenos irregulares, que terminan forzando una rotación de la cadera. La hipertrofia excesiva de los glúteos -práctica común entre las mujeres que se ejercitan en los gimnasios- también puede generar esa lesión. Otros atletas afectados por el síndrome del piriforme son los ciclistas, triatletas, habitués de los gimnasios; todos ellos, que pasan mucho tiempo ejercitándose sentados. Quedarse mucho tiempo sentado en el trabajo o pasar varias horas manejando, por cierto, también puede desencadenar esa incomodidad.

Dolor parecido, lesiones diferentes

El piriforme recibe la carga del peso corporal como la confluencia de los huesos, ligamentos, músculos, vasos y nervios, tanto de la columna vertebral como en la cadera. Eso puede confundir hasta al médico más experimentado. “Cuando todas las causas de dolor en la región de la columna y de la cadera son excluídas, ahí comienza a pensarse en el síndrome de piriforme”, explicó el ortopedista Giancarlo Polesello. Alguna de las patologías que pueden confundirse con el síndrome de piriforme son la lesión del “menisco de la cadera”, el impacto femoroacetabular (síndrome del impacto), las hernias de disco y la artropatía seropositiva en la articulación sacroilíaca.

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