Ya te contamos qué es el HIIT y también qué dice la ciencia sobre este sistema de entrenamiento. Ahora queremos enfocarnos en qué beneficios puede traer esta actividad para los corredores.
El HIIT no sólo sirve para quemar grasa en menos tiempo que con otro tipo de entrenamientos, sino que también puede ayudarnos a mejorar tanto la resistencia como la fuerza y la velocidad.
Todo corredor que sigue un plan de entrenamiento está habituado a hacer pasadas y conoce sus beneficios. Si bien el concepto de pasadas es, en esencia, un entrenamiento en el que se alternan momentos de mayor intensidad con períodos de descanso, aplicar la metodología HIIT implica que estas pasadas sean breves (de entre 15 y 30 segundos) y a tope.
Este tipo de entrenamiento, como dijimos, sirve para mejorar la fuerza, aumentar los ritmos de carrera y la resistencia. Además, también ayudará a mejorar la obtención de energía, incrementar el VO2 máximo y aumentar la capacidad cardiovascular.
Cómo entrenar
Hay diferentes combinaciones posibles para llevar adelante un entrenamiento HIIT enfocado en running.
La más sencilla es la que mencionamos, las pasadas cortas, con períodos de descanso variables, que dependerán de lo que tarden nuestras pulsaciones en normalizarse luego de la alta intensidad de cada pasada. Aquí puede haber muchas variantes: las pasadas pueden hacerse en llano o en cuestas, de acuerdo al nivel de dificultad que necesitemos, y los descansos pueden ser pasivos o activos (en caminata o trote suave). Se pueden hacer en exteriores o en cinta.
Otra opción es intercalar ejercicios en medio de cada pasada. Por ejemplo, una secuencia de estocadas + pasada, escaladores + pasada, burpees + pasadas, sentadillas + pasadas, intercalando descansos entre cada segmento.
Todo esto, siempre con un calentamiento previo, de un par de kilómetros, para preparar al cuerpo para los estímulos, ya que ir directamente a las pasadas, en frío, podría provocar lesiones.
Otra opción de entrenarse para running, pero indirectamente, es hacer sesiones HIIT que no incluyan específicamente correr. El entrenamiento cruzado, que consiste en tener días dedicados a otra disciplina, aporta beneficios a la actividad principal que uno desarrolle (en este caso, el running).
Entre otras cosas, el entrenamiento cruzado ayuda a equilibrar los grupos musculares, reduce el riesgo de contraer lesiones, trabaja otros grupos musculares que no ejercitás con el running, y hace que tu entrenamiento sea más variado.
Un factor importante a tener en cuenta es que, de acuerdo al entrenamiento que elijamos llevar a cabo, hay que tener el calzado apropiado. A esta altura, nadie saldría a correr con botines de fútbol sala, por ejemplo. Si bien hay menos opciones para HIIT, recientemente Reebok presentó un calzado específico para esta actividad: HIIT TR, con la estabilidad, el agarre y la amortiguación necesarios para tener una performance sin sobresaltos.
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